Amor por la música. El director Stephen Frears dedica su nueva película a narrar la historia de la cantante de ópera, Florence Foster Jenkins, quien ama la música por encima de todo e intenta aprender a cantar para cumplir su sueño.
La cinta es una constante búsqueda del anhelo de la protagonista magníficamente interpretada por Meryl Streep de poder cantar ópera pese a sus dificultades. Ambientada perfectamente en los años 40, la virtud de la película cae sobre Streep quien lleva el tempo y la conexión con el público.
Tiene aires agradables, simpáticos, algunos tristes y otros divertidos bien mezclados para gustar al espectador y hacerlo reír. En su conjunto, está cuidada y hecha con alma que todo el peso del filme está en sus personajes creíbles y bien personificados.
La banda sonora de Alexandre Desplat es sencilla y reside en la cinta una reflexión interesante: el amor por la música y sus objetivos puede mantener a una persona en vida pese a cualquier obstáculo. Acabas pensando: ¡qué viva la música!
Nota: 6/10

nte. Las pinturas rupestres en la Cueva de Altamira fueron un hallazgo muy importante para la prehistoria, la historia de la humanidad y España. Sin embargo, tal enorme significado no se ve reflejado en esta película sobre su encuentro. No le hace justicia.