
Baby Driver
Al ritmo de la música. El director Edgar Wright vuelve hacer de las suyas con una película divertida, musical y muy salvaje que recuerda a ‘Kingsman’ de Matthew Vaughn.
El argumento es el típico de robos y atracos organizados por Kevin Spacey, que está perfecto en su papel, con la peculiaridad que el conductor es un joven que siempre escucha música y conduce muy bien. Ansel Elgort hace una interpretación soberbia y su buen humor lo transmite al espectador durante todo el metraje con el que ya nunca más volveremos a ponernos los auriculares sin pensar en él.
La historia está bien contada y la realización es correcta para que el espectador se entretenga durante dos horas y disfrute de un gran espectactulo visual y musical. Sin embargo, el error más grande es su final totalmente innecesario que destroza la película y no la hace del todo completa.
‘Baby Driver’ es un film que entra bien al público y se convierte en la mejor opción para reirse, gozar y pasar 115 minutos pegado en la butaca.
Lo bueno: Ansel Elgort
Lo malo: su final.
Nota: 7/10
Distribuida por Sony Pictures España

