Vuelve el clan ‘heroïna’. Veinte años después, Danny Boyle vuelve a reunir el clan de Mark Renton para que volvamos a entrar en su mundo y nos demos cuenta de que los años pasan, pero la memoria se mantiene.
Con esta segunda entrega se conserva el buen diálogo, las buenas actuaciones y las escenas impactantes. Però, también, los momentos innecesarios, la música ruidosa y su ritmo irregular. Es inevitable no compararla con su predecesora y, si lo hacemos, vemos la poca originalidad y la pronosticable historia que nos contará. Además, tiene menos acidez que la primera, sigue yendo sin rumbo o a la deriva sin llegar a nada y se hace más pesada, aburrida e insoportable.
Antes he mencionado que contiene buenos diálogos y escenas impactantes, pero ambos aspectos se pueden contar con los dedos de una mano y no aportan nada nuevo. Lo más valioso que podemos encontrar son sus guiños a otras películas y la interpretación de Robert Carlyle como Begbie. De este modo, tenemos delante una innecesaria segunda parte que a los más fans puede que les guste y, a los demás, nos aburre de tal manera que la olvidaremos rápidamente.
Lo bueno: Begbie y algunas escenas.
Lo malo: poca originalidad y sin nada nuevo.
Recomendable para los que les gustó la primera y a los que os gusten las películas sobre drogas.
