
Blood Father
Una exageración. El director francés Jean-François Richet coge a Mel Gibson para que interprete un papel de padre expresidiario y ayudar a su hija en un caso de robo.
Ambos actores actuan bastante bien pese a que a veces sean exageradas. Los antagonista también están bien en sus papeles destacando a Diego Luna quien demuestra que vale mucho. Además, es una muestra de la relación padre-hija y la ayuda mutua familiar.
Sin embargo, se nota que solo se preocupan de la acción y hacerla exagerada así como un final épico previsible y una cámara desconcertante. El tema de la droga lo pasan por encima cuando es lo más interesante del filme por lo que deja mucho que desear.
Una película pasable que se agradece que dure 88 minutos.
Nota: 5/10

