Seriedad con humor. El objetivo del director Jay Roach es enseñar cómo era ser comunista dentro de Hollywood dando protagonismo a los guionistas y poniendo humor. Quiere extraer un poco de seriedad al conflicto para que salga una rica e interesante comedia negra.
El filme está protagonizado por un Bryan Cranston sublime acompañado de un reparto secundario bárbaro (a destacar a Helen Mirren y John Goodman). Además, el guionista consigue crear un diálogo correcto, trabajado y conciso que se adhiere a los personajes perfectamente creando debates inquietantes.
El director consigue hacer un biopic de un tema importante en la historia del cine dándole toques de comedia gracias a un diálogo interesante y unas interpretaciones estupendas. Los guionistas son una parte imprescindible en las películas y, a veces, caen en el olvido del espectador.
Nota: 8/10