
Zama
La sensualidad de lo exótico. La directora Lucrecia Martel nos trae una historia ambientada en el siglo XVII, y adaptada del libro de Antonio di Benedetto, sobre el personaje de Don Diego de Zama, un encomendero y funcionario asentado en Asunción que lucha para que les sean reconocidos sus méritos y poder vivir en Buenos Aires.
Desde el primer minuto de metraje, de los 115 que tiene, nos sitúa en un lugar exótico y cálido, y no lo digo solo por su bella fotografía sino por sus efectos musicales, pues como espectador te sientes como si estuvieras en el mismo sitio que el protagonista. A partir de aquí, nos adentramos en un drama de época en medio de los antiguos territorios de la Corona Hispánica y el actual Paraguay, siguiendo al personaje de Diego de Zama y sus quehaceres, con el que empatizas gracias a Daniel Giménez Cacho. El actor hace suyo el papel de protagonista y lo dota de sentimiento, carisma y personalidad para hacernos ser partícipes de las tradiciones y costumbres de ese momento.
La sofisticada película de Martel quiere dar sensualidad a todas las imágenes y detalles que muestra la cámara y es el gran logro porque cuida cada instante, sonido, voz y acción. Sin embargo, lo que hace difícil el aguante personal por este viaje es su excesiva duración y su lentísimo e irritante ritmo que, es cierto que está hecho con la intención de hacer un film sensitivo, pero eso puede apartar al público, incluso el más exigente.
Lo bueno: Daniel Giménez Cacho y la capacidad para observarte.
Lo malo: que su ritmo y metraje produzcan rechazo y aburrimiento a la hora de verla.
Nota: 7/10
Distribuida por BTeam Pictures Estreno en 16 cines

