
Reseña de ‘Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore’
‘Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore’ mantiene el interés por la saga y sigue enriqueciendo la mitología del mundo mágico, aunque se sienta decaída y previsible.
Ya tenemos en las salas de cine la tercera entrega perteneciente a la saga Harry Potter titulada Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore, que reaviva la pasión de los fanes y añade un capítulo más a la mitología de este mundo mágico. La película está dirigida por David Yates, quien se encargó de las últimas cuatro películas de Harry Potter y las dos anteriores de Animales fantásticos. Contamos nuevamente con el elenco principal, encabezado por Eddie Redmayne (La chica danesa), Jude Law (El ritmo de la venganza), Ezra Miller (La Liga de la Justicia de ZS) y Mads Mikkelsen (Otra ronda), quien sustituyó al actor Johnny Depp en el personaje de Gellert Grindelwald, que funge como villano de la película.
Dentro de la historia
Continúan las aventuras de Newt Scamander (Eddie Redmayne), quien es enviado por Albus Dumbledore (Jude Law) para liderar a un grupo de magos con el objetivo de impedir que Gellert Grindelwald (Mads Mikkelsen) se apodere del mundo mágico. En el camino se enfrentará a la legión de simpatizantes de Grindelwald y a Credence Barebone (Ezra Miller), un mago que encierra dentro de sí una fuerza oscura alimentada por la ira y el dolor, que lo convierte en un ser inestable pero poderoso.
Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore sigue en la línea de sus dos películas predecesoras a la hora de mostrar un mundo mágico mucho más global e incorporando elementos socioculturales que enriquecen mucho este universo.
Si la primera película establecía una nueva dimensión de la magia, con organizaciones gubernamentales en Estados Unidos y un tono más adulto, en la segunda se expanden las aventuras a París y a Londres, con tono un poco más oscuro y grandilocuente. Así, en esta tercera película, se torna a un tono más personal al exponer el conflicto entre Dumbledore y Grindelwald, quienes no pueden batallar de manera directa a causa de un hechizo que se los impide. De igual forma, el contexto del filme es mucho más político, con una clara guerra de poderes, no solo mágicos, sino también jurídicos.
Apartado técnico y actuaciones
En el apartado técnico, Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore destaca enormemente en su diseño artístico, con vestuarios, locaciones y utilería realmente evocadoras y alegóricas. Asimismo, la inventiva de cómo funciona la magia en el día a día de los magos, su manifestación y sus recursos es realmente curiosa y divertida. Todo esto es potenciado por los magníficos efectos visuales que hacen gala en cada escena del filme.
Por otra parte, las interpretaciones del reparto se sienten bastante correctas, caracterizadas por un histrionismo humorístico muy acertado, pero que no siempre produce gracia. Las expresiones del actor Eddie Redmayne siguen siendo un tanto exageradas al momento de mostrar su timidez o inseguridad, aspecto que termina por desdibujar su interpretación para convertirlo en una caricatura manierista. Otra interpretación a destacar es la de Mads Mikkelsen, que en esta ocasión ofrece una actuación floja, más sobria de lo que su personaje ameritaba. En ese sentido, Johnny Depp dotaba de mucha más personalidad a este mismo personaje, no solo por su aspecto físico y maquillaje, sino por su mirada y proyección presencial.
Por último, Jude Law actúa de manera correcta y con cierto carisma, mientras que Ezra Miller se siente anodino al no lograr una puesta en escena contundente ni memorable. Los personajes secundarios cumplen su función, algunos más interesantes y mejor desarrollados que otros.
Conclusión
Animales fantásticos: Los secretos de Dumbledore mantiene el interés por la saga y sigue enriqueciendo la mitología del mundo mágico. Sin embargo, se siente inferior a su antecesora, pues no logra sorprender ni por su historia ni por su puesta en escena. Se nota cierta falta de inspiración o interés al desarrollar la trama, con un guion terriblemente previsible y en piloto automático, sin nada nuevo que ofrecer y sin grandes secretos que desvelar.
En otro sentido, el cambio de actor para el personaje de Gellert Grindelwald, aunque implícitamente justificado, resta puntos en su totalidad. No creo que sea culpa de Mads Mikkelsen, pues sabemos su buen hacer como actor, pero quizá el diseño y el desarrollo de su personaje en el guion no está bien definido ni explotado.
De igual forma, la discreta presencia de uno de los personajes principales afecta notablemente el orgánico desarrollo de los acontecimientos y la interacción entre los personajes, con una ausencia forzada argumentalmente. Esto es debido a las diferencias personales que existe entre la actriz Katherine Waterston, quien da vida al personaje de Tina Goldstein, y la autora y coguionista de la película J.K. Rowling, que no es capaz de arreglar favorablemente la importancia que tiene el personaje de Waterston en la trama.
Lo bueno: el diseño artístico y los efectos visuales.
Lo malo: la inconsistencia de dos personajes principales y lo desgastada que se percibe la saga.
Nota: 6,5/10
Título original: Fantastic Beasts: The Secrets of Dumbledore | Dirección: David Yates | Guion: Steve Kloves, J.K. Rowling | Fotografía: George Richmond | Música: James Newton Howard | Reparto: Mads Mikkelsen, Jude Law, Eddie Redmayne, Ezra Miller, Katherine Waterston, Alison Sudol, Dan Fogler, Jessica Williams | País: Reino Unido | Duración: 142 min. | Género: Fantástico. Aventuras | Distribuye: Warner Bros Picture España | Cines: 222 | Fecha de estreno: 08/04/2022

